Boeing entra de lleno en el negocio de los superaviones con una nueva versión del 747, el jumbo que se convirtió en un icono de la compañía hace cuatro décadas. El fabricante estadounidense presentó el pasado fin de semana el modelo 747-8 Intercontinental, una aeronave capaz de transportar 467 pasajeros, 51 más que la actual versión de este tipo de jumbos.

De esta manera, el grupo entra en competencia directa con el gigantesco A-380 de su rival Airbus. En juego, un mercado de más de 730 aviones para las próximas dos décadas, valorado en 220.000 millones de dólares (163.100 millones de euros), según las propias estimaciones de Boeing.

Modelo más eficiente

El nuevo avión, que tiene un precio de catálogo de 317,5 millones de dólares (235,3 millones de euros), permite reducir un 13% el coste por asiento y es un 16% más eficiente en el consumo de combustible que su predecesor, según Boeing.

Las comparaciones con el A-380 de Airbus no están tan claras. El grupo estadounidense asegura que su aeronave gasta un 11% menos de combustible por pasajero que el modelo de su rival. Sin embargo, las cifras que manejan algunas aerolíneas son favorables para el avión europeo (capaz de llevar hasta 525 pasajeros), que sería un 3% más eficiente.

Los responsables de Boeing pretenden que el 747-8I inicie las pruebas de vuelo a finales de marzo o principios de abril, de forma que pueda estar listo para ser entregado al primer cliente (un comprador vip cuya identidad se mantiene en secreto) a finales de año. La primera aerolínea que lo incorporará a su flota será Lufthansa, que con un pedido de 20 unidades, es el principal cliente. La empresa recibirá el aparato en 2012.

Por ahora, el nuevo avión (cuyo lanzamiento acumula un año de retraso) solo ha recibido 33 pedidos, con Lufthansa y Korean Air Lines (cinco unidades) como únicas aerolíneas tradicionales entre sus clientes.

A pesar de ello, en Boeing se muestran convencidos de que la aeronave empezará a lograr nuevos encargos este mismo año. El grupo, incluso, apunta más alto. Su vicepresidente Pat Shanahan cree que el avión puede convertirse en el próximo Air Force One del presidente de EE UU.

Fuente: Reporte Turístico

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